Desde la antigüedad, Dios nos ha enviado seres dotados de Dones del Espíritu Santo, Carismas o Mediumnidades, tales como: los Vedas, los Upanichads, los Budas, los Patriarcas Hebreos, Moisés, los Profetas, Jesús, los Apóstoles y otros. A través de estos mensajeros o intermediarios dotados de Dones o Canales Mediúmnicos (los llamados profetas, videntes o médiums), los contactos entre los dos planos de la Vida, el cósmico y el anímico, fueron siempre normales, instructivos y consoladores.
En razón de la infalibilidad moral y espiritual de la humanidad, los contactos eran ilimitados; de lo contrario, habríamos podido llegar a tener cosas horribles. Por tanto, la comunicación espiritual era restringida a lugares cerrados y accesibles a unos pocos - lo que daba origen a los llamados ocultismos (las cábalas Egipcia, Persa, Griega y Judaica; el Hermetismo, el Orfismo, el Pitagorismo, etc.).
En estos lugares cerrados o templos esotéricos, todos los Grandes Iniciadores conducían a sus discípulos, así como era posible que cada uno pudiera asimilar la DOCTRINA DEL CAMINO DEL SEÑOR (“DIVINISMO”), es decir, un conjunto de leyes y de enseñanzas para entender la Sagrada Finalidad de la Existencia, que es el regreso al Principio o Dios, en la más plena Reintegración Vibratoria.
Por tanto, el punto central de una gran parte de las escuelas ocultistas es el Divino Monismo, es decir, en el Principio o Dios todo tiene su origen, en Él todo se mueve y a Él todo volverá como parte integrante, dejando de una vez la relatividad, para ser Divinidad (“DIVINISMO”); teniendo como vehículo informativo sobre todo la comunicación espiritual.
Siendo la humanidad la misma y hallándose ella en evolución, subiendo en la escala evolutiva a través de los ciclos y de las eras rumbo a la Divinización, llegaría el tiempo en el cual dichos contactos entre los dos planos se volverían públicos para que toda la humanidad pudiera tener acceso a dichas leyes y enseñanzas.
La primera tentativa de generalización de las comunicaciones ocurrió con Moisés, a través del primer Pentecostés o derramamiento de Dones Mediúmnicos para toda la humanidad (relatada en Números, capítulo 11). Esa generalización tuvo como objeto hacer pública la DOCTRINA DEL CAMINO DEL SEÑOR (“DIVINISMO”). Lamentablemente, hubo una alteración y el clero judaico persiguió, torturó y asesinó a los Profetas o Dotados de Dones, no dejando de molestar tampoco al Verbo Ejemplar prometido, personaje vivido o representado por Jesús, entonces el Director Planetario.
En el Antiguo Testamento fue prometida también, por Dios, la Segunda tentativa de generalización de las comunicaciones. Esa ocurrió con el Verbo Ejemplar, Jesús, que, retornando en espíritu luego después de su crucifixión, promovió el Bautismo de Espíritu o derramamiento de Dones Mediúmnicos para toda la humanidad - el segundo Pentecostés (relatado en Hechos, capítulos 1 y 2). El objetivo era, más una vez, hacer pública la DOCTRINA DEL CAMINO DEL SEÑOR, doctrina que Jesús no dijo nunca ser suya. Por lo contrario, Él afirmaba: “LA DOCTRINA QUE PREGONO A UDS. ES DEL PADRE, NO ES MIA” (“DIVINISMO”).
Jesús, previendo la corrupción del Bautismo y de la Doctrina entregados por Él en nombre de Dios, sentencia: “CUANDO VENGA DE NUEVO ELÍAS, RESTAURARÁ TODAS LAS COSAS”. Históricamente se puede comprobar que, por muchos siglos, a través de las cruzadas e inquisiciones, la iglesia romana ha practicado torturas y cometido asesinatos los más abominables, tornando en hogueras los Grandes Dotados de Dones, llamándolos “hechiceros”. La corrupción doctrinaria, aliada a las persecuciones, hizo que, en el mundo occidental, durante los últimos 17 siglos, la DOCTRINA DEL CAMINO DEL SEÑOR fuera confundida con el catolicismo y las sectas protestantes.
Con la caída de la Bastilla en Francia (1.789), al caer la Monarquía Absoluta e implantarse la República, el Estado se separó de la Iglesia, favoreciendo el retorno de Elías (como fue profetizado por Jesús) para la restauración de la DOCTRINA DEL CAMINO DEL SEÑOR (“DIVINISMO”).
Elías, entonces como Allan Kardec, entregó la Codificación y promovió la tercera tentativa de generalización de las comunicaciones con el objetivo, de nuevo, de hacer pública la DOCTRINA DEL CAMINO DEL SEÑOR (“DIVINISMO”). Esa etapa de la restauración fue recomendada por él con el nombre de Espiritismo, en razón del libro más conocido, “El Libro de los Espíritus”, y de las comunicaciones espirituales. Le fue comunicado que volvería, en otro cuerpo y en otras condiciones, para completar su misión - de restauración (“Obras Póstumas”, páginas 221, 222, 227 y 228, Editora LAKE).
Elías, ahora Osvaldo Polidoro, terminó la restauración de la DOCTRINA DEL CAMINO DEL SEÑOR, con el nombre DIVINISMO, siendo el marco fundamental la edición de la obra “EL EVANGELIO ETERNO”, profetizada en Apocalipsis, capítulo 14, versículos 1 a 6.
Ese espíritu, que ya completó su evolución y se encuentra Dedicado o plenamente Reintegrado al Principio, enseña que restará solamente un “ismo”, el único que retrata con fidelidad la Doctrina del Camino del Señor, el DIVINISMO, es decir, “DIOSISMO”.
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